OTRAS ROMERIAS
Vimos el domingo pasado aquellas primeras romerías que organizaba
El cruce a
Sobre el nombre de la plaza, también tenemos algo para complementar esta crónica: pese a su denominación oficial, la gente del pago la llamaba "
Cuando se hizo esta última, a fines de los años 30, al enaltarse toda la zona se elevó el nivel del suelo circundante a la plaza en casi un metro y medio; por lo cual quedó semienterrada su imponente base.
Las paredes que la circundan, están hechas con bloques de piedra menores, tallados por expertos artesanos. Vale la pena detenerse y admirar ese trabajo, si observamos la prolijidad de las uniones y su perfecto ensamble, con cemento portland importado que se traía en barriles.-
¿Se explican por qué no hay creciente que la conmueva?
LAS ROMERIAS DE LANZALOT
Otras populares romerías tuvieron lugar en la zona sur de nuestra ciudad. Cerca de la antigua Fábrica de Lenguas, al norte de los Saladeros (de Rossi y Don Eduardo Nebel) vivía un francés de apellido Lanzalot, que tenía una gran chacra.
Y allí, Lanzalot organizaba grandes romerías. Lo de grandes, no se refiere al tamaño del prado, sino a que las fiestas del francés parecían no tener fin. A punto tal, que la gente solía decir: "Esto no se acaba nunca, como las romerías de Lanzalot..."
Pese a la nacionalidad del organizador, estas reuniones mantenían intacto el sabor español, no sólo por los números de baile, desfiles y demás atracciones, sino porque traía de otras ciudades, auténticos gaiteros.
¿Por qué duraban tanto? El secreto de Lanzalot era muy sencillo: no permitía que faltara la bebida; su clientela -tanto la del barrio como la del resto de la ciudad- parecía muy sedienta y la fiesta seguía mientras circulara el líquido elemento.
Y nosotros seguiremos el domingo próximo, con la evolución de las romerías y las obras que se realizaron gracias a ellas.
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