sábado, 27 de febrero de 2010

CALAVERA (3ra. parte)


Tenemos ya la estructura organizativa del Bar Central. Veamos ahora su aspecto funcional y cómo aquellas partes se ensamblaron para dar vida a la etapa de esplendor. Hoy relataremos algunas de las rabietas mas rescatables de Vital y las bromas mas festejadas de la barra. Pues se daban con tal simetría, que casi no hay chinche de Calavera, que no se origine en una travesura de sus contertulios, ni broma de estos que no lo tuviera por destinatario.

EL ESPLENDOR Y "LA CREMA"

Complementando la nomina anterior, vayan algunos nombres que habíamos pospuesto, como el Negro Alfaro, José María Durand, Angel Vicente Araoz, Quique Rivas, Enrique Gagliarini, Jacobo Rosenblatt y Atilio Della Chiesa. Pero falta todavía lo mas granado de la barra de Calavera. Aunque eran muchos, hemos rescatado algunos nombres que merecen destacarse.

Junto a la figura descollante de Ministro Poderti que preside esta etapa, podemos enumerar a los hermanos Olaechea: Ignacio, Gallego, Pedro y Carlos; Rana y Alfredo Reynoso, Choclera Ferroni, Nené Esponda, Negro Rivas, Bebe Rossi, Telo Bidart, Luis Secchi, Enriquito Pérez Etchebarne, los mellizos Lalo y Quico Echeverría, Ricardo Fazzio y Martín Garciarena.-

JARANA CONTINUADA

En materia de bromas, lo que no existía se inventaba. Entre las bromas mas frecuentes, estaba la de esconderle los lentes a Calavera, para que se olvidara de anotar los fiados. También era común, la de citar a alguno por teléfono en lugares cercanos, para poder balconear al candidato. Una de las mas trilladas pero siempre rendidora, fue la de la billetera con la piolita, ese cazabobos que tantas víctimas cobraba por entonces. Aquellas blondas peluqueras que un día cayeron, todavía se deben preguntar si lo que la barra festejó fue el chasco en sí, o sus encantos al agacharse. Eso sí: no pasaron nunca mas por ese lugar.

Los bombazos en carnaval hicieron temible la esquina. Una vez, un irascible señor se bajó de su camioneta empapado, para protestar ante Calavera en su condición de responsable. Los muchachos lo escuchaban con el mayor respeto, pero cuando se retiraba le cayeron del techo tantos baldazos, que casi provocaron una inundación.

En cuanto a lo que se inventaba, como suele ocurrir, las improvisaciones resultaban mas exitosas. En uno de esos sketchs tipo Copetín al Paso, en que participaban los presentes y los que llegaban se incorporaban por orden de aparición, la escena había trascendido a la vereda de la calle 25. Tres forasteros que venían caminando, de pronto vieron franqueado su paso por un enérgico Calavera, a la voz de:

- ¡Yo, por esta mujer, me juego!

Apenas repuestos del impacto, comenzaron a reír por la ardorosa defensa de su prenda que improvisaba Vital como parte de su actuación, y estallaron en carcajadas al percatarse de que la mujer, no era otro que ¡Enriquito Pérez! Y acataron la detención pese a que eran ¡oficiales de la Policía Federal!.-

Y TAMBIEN RABIETAS

La mayor parte de las rabietas que hicieron famoso a Calavera, fueron provocadas, aunque a veces sobrevenían por circunstancias fortuitas. El desarrollo de estas era invariable: en su génesis, los signos evidentes de enojo, preanunciaban el despliegue posterior; luego venía la parte mas sabrosa, que era la verbal. Casi siempre tomaba como víctimas propiciatorias a sus familiares: en cada arrebato recorría toda la ascendencia femenina de quien se tratare, con lujo de calificativos y por varias generaciones, en forma tan altisonante y pintoresca, que bien justificaba la provocación. A veces amenazaba con llegar a los hechos, pero quienes lo conocían sabían que Vital no mataba una mosca. En cambio, no lo conocía mucho un viajante de apellido Uncal, de Concepción del Uruguay, que un día le pidió cerveza. Al servirla, Calavera no encontraba el destapador, obviamente escondido por algún pícaro. Primero mostró signos de desesperación, después su ira se volvió contra Hortensia y cuando empezó a dar golpes en el mostrador, había llegado a tal descontrol que el pobre petiso Uncal, presa del pánico, trató de calmarlo con esta salida que quedó para la posteridad:

-No se preocupe, Don Vital: ¡yo igual la tomo tapada!!

Polo "estudiaba" abogacía en La Plata. Para los carnavales, venía a Gualeguaychú y se ayudaba en su carrera, instalando en la esquina del Bar, un puesto de choripanes y vino. El negocio le rendía buenos réditos a él y espectaculares rabietas a Calavera, ya que al regresar Polo a La Plata, empezaban a desfilar por el bar los proveedores de chorizos, leña, pan, vino y soda, a cobrar sus cuentas. Era de no perdérselo.-

Veamos un irrepetible ejemplo de caso fortuito. En el verano de 1962, al final de la fructífera intendencia de Ignacio Bértora, se había repavimentado la calle 25 y aún no se habían reparado las veredas del Bar Central, por razones presupuestarias. Iba Vital a servir una mesa de la calle, con doce jarras de chopp en la bandeja. Pisó una baldosa suelta y se le cayó una. Levantó presión, pero se contuvo. Volvió al mostrador con las otras once y al apoyar la bandeja -con el pulso ya alterado- se le cayó otra. Fue el límite: una por una, comenzó a arrojar las otras diez contra el suelo y como todavía no se podía sacar la rabia, tiró también la bandeja, lo que tampoco fue suficiente: tuvo que saltar sobre ella, hasta hacerla añicos, para recién entonces calmarse. Algo inolvidable.-

Con motivos provocados es esta otra: Calavera, para celebrar la Navidad, había invitado con un lechón al Sr. Jefe de Policía de la Provincia Don Antonio Irigoitía. Cuando fue a la heladera a retirarlo, para su descomunal sorpresa en presencia de tan distinguido invitado, no estaba ni el lechón ni la fuente. Los únicos rastros eran unos chorritos de jugo del sabroso lechón, que conducían al cuerpo del delito. Al fin lo encontró y pensó que había llegado a tiempo, pero pronto se desengañó: era solo la piel, la que habían dejado prolijamente sostenida por algunos huesos, para que se mantuviera armadito El autor resultó ser no menos distinguido que el invitado: se trataba de un "Ministro". Acorde con el rango de los personajes, la chinche de Calavera fue por lo menos, ¡Presidencial!!.-

Publicado el 10-5-87

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