sábado, 27 de febrero de 2010

OTROS PERSONAJES


Para seguir con el tema de los personajes populares, les habíamos prometido el pasado domingo, una selección de tres de ellos, con los que vamos completando nuestra galería. Aquí va:

PINTOS SALDAÑA

Ese era su nombre completo, pero se lo recuerda como Pinto a secas. Y si a alguien le cuesta recordarlo, digamos para activar su memoria, que durante cuarenta años, fue cazador de ranas

Pinto no era oriundo de nuestra ciudad. Algunos lo consideraban gualeyo; otros, uruguayo. Se decía que provenía de una familia acomodada y también se hablaba de un problema con la justicia, que lo habría traído por estos rincones.

La verdad es que Pinto fue un hombre pacífico y conocido en el ambiente, deportivo, como excelente jugador de fútbol. Durante varios años defendió los colores de Black River jugando de centro-half, puesto que hoy se ha castellanizado con la denominación de número cinco. Fue también servidor de Carlitos Rossi.

Se trasladaba aguas arriba por el río Gualeguaychú, al norte del astillero de Giusto, o bien por el Arroyo Gualeyán, donde tendía sus trampas para ranas en forma de cesto. Luego vendía su producción a varios clientes, entre ellos los hoteles Comercio y París.

También se ocupaba de la venta de tomates que cultivaba su socio Cosani, cuya casita estaba donde hoy se encuentra el Edificio Guini, contigua a la tienda La Competencia. El puesto regular de venta se encontraba en la esquina de la canchita de la Escuela Normal, en el que se exhibían los tomates cuidadosamente acomodados entre camadas de pasto.

TITO, EL LOCO DE LA CARRETILLA

Indudablemente, éste ha sido uno de los tipos callejeros mas singulares. Nadie sabe como vino a parar en Gualeguaychú, hace medio siglo. Parece que llegó del sur. La cuestión es que allá por la década del cuarenta, apareció en nuestra ciudad y eligió como punto de refugio, el Club Central Entrerriano.

Recorría toda la ciudad con una carretilla de madera. A veces llevaba en ella sus propias pertenencias, pero generalmente iba vacía.

En cierta oportunidad, andaba circulando con la carretilla invertida. Alguien le preguntó el porqué.

-Para evitar que alguno me la cargue, fue la respuesta de Tito.

GUEVARA

Vivía por las inmediaciones del Gualeyán y todos los días venía a la ciudad caminando por la vía del tren, para realizar sus negocios.

Recorría con su libreta de apuntes, las mas conocidas firmas consignatarias de hacienda: Restoy & Fischer; Landó, Bonzón y Elgue; Solte Wilde y Lucuix etc. En cada una, registraba distintas operaciones de gran volumen, ya que solía operar con no menos de cinco mil cabezas, aunque no de vacunos, sino de ¡gatos capones! Para el transporte de la hacienda que iba a entrar a remate, contrataba varios vagones en la estación del Ferrocarril, y así trajinaba diariamente este increíble personaje, que parecía escapado de una historieta.

Parece que Guevara había sido anteriormente un fuerte hacendado de la provincia de Buenos Aires y cuando perdió su capital, se enloqueció.

En los primeros años, todavía conservaba un chaquet y una galera. Todo tiempo pasado fue mejor.

Publicado el 31/01/88

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