sábado, 27 de febrero de 2010

EL SUEÑO DE DON DAVID DELLA CHIESA (1ª nota)


En los próximos días, se trasladará el monolito que recuerda a don David Della Chiesa por cuyo sueño de un día -hace sesenta años- hoy podemos viajar a Buenos Aires por tierra. Quienes dan vida a esta Página y a esta columna, quisimos asociarnos al merecido homenaje para este gualeguaychuense visionario y progresista.

Y una aclaración: La importancia de la obra de don David excede el marco de Las pequeñas Historias Ciudadanas y ya pertenece a La Historia Grande de Gualeguaychú.

UN PIONERO DE RAZA

Fue don David Della Chiesa, un pionero en el más amplio sentido del término. Llegó a nuestro país procedente de Italia allá por 1880, cuando tenía cinco años. Desde muy joven aprendió el oficio de tornero en los talleres de Boggiano, y llegó a ser capataz con apenas 21 años. En sus ratos de ocio, construyó una lancha de acero con motor de vapor llamada La Primera, que hacía viajes de paseo por nuestro río. Antes de terminar el siglo, don David, que arrendaba y colonizaba campos en Urdinarrain, Villa Lila y Pehuajó Sud, había adquirido una de las primeras trilladoras tiradas por bueyes, con lo que empezó a quedar atrás la época de las eras y de trillas hechas con yeguas pisando las espigas. Trajo también a Gualeguaychú el primer automóvil, que adquiriera en la antigua casa Agar-Cross, de Buenos Aires. Ese vehículo utilizaba ruedas duras del tipo de las de carro y seguramente preaunciaba su destino ligado al transporte y a las rutas. Años después se conoció aquí el automóvil con neumáticos que introdujo el Señor Villar.

Pero este adelantado incorregible que era don David, soñaba también con un puerto en la Boca del Uruguay, idea comparable a la de Saturnino Unzué. Fue el primer productor de nuestra zona que sembró arroz, además de haber hecho ensayos en siembra de pajerreyes. También ensayó plantaciones experimentales de yute, algodón y azafrán, con vistas a su aclimatación.

Por todo ello, don David, puede considerarse un adelantado, aún sin tener en cuenta la obra extraordinaria del camino a Buenos Aires. Su incansable espíritu lo lleva a adquirir en 1912 un campo en Villaguay, para dedicarlo a la ganadería, actividad complementaria con su agencia de seguros "El Cenit". Y como no descansaba en su tiempo libre, se brindaba por entero a la comunidad. Así lo vemos presidir por dos períodos,la Sociedad Rural de Gualeguaychú, e integrar la Comisión Provincial de Turismo, la de Canalización del Río Gualeguaychú y otra de Puentes y Caminos, junto a don Luis Secchi y Polidoro Espinosa. Fundador de uno de los importantes saladeros de nuestra zona, mas adelante figuró entre los iniciadores del Frigorífico Gualeguaychú.

Con sus hermanos Donato y Domingo, fue cotitular del centenario Hotel Comercio y por si todo ello fuera poco, su espíritu sensible y humanitario lo lleva a integrar la Comisión de Ayuda a los Pobres, creada para paliar los efectos devastadores de la crisis de 1930, entre la gente humilde de nuestros pagos.

NACE UN SUEÑO

En 1926 don David viaja a Europa. Se maravilla al ver los admirables emprendimientos camineros de los países que recorre y estas vivencias le marcan a fuego la pasión por nuevas rutas. Regresa cargado de ideas y ahí nomás se larga a construir un camino desde Gualeguaychú a Médanos, formando un consorcio de vecinos que confían en él.

Pero precisamente para que confiaran, el perspicaz don David se guarda un secreto: no le dice a nadie que su meta va mas allá de Médanos, que sueña con Puerto Constanza o ¡con Buenos Aires! Razón no le faltaba; ya habría tiempo para desplegar un poco mas su proyecto. Si se apresuraba, podía fracasar porque sencillamente ¡no le iban a creer!

Publicado el 16-10-88


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