sábado, 27 de febrero de 2010

LAS ROMERIAS


"Era una Romería..." decimos usualmente para referirnos a una reunión que ha alcanzado clima festivo. Con esta expresión volvemos a una tradición de nuestros abuelos, que conocieron aquellos festivales de españolísimo sabor a principios de siglo.

Muchos creen que las romerías nacieron en España. Sin embargo, sus orígenes son mas lejanos, a tal punto, que casi se han perdido en el olvido.

La palabra romería proviene de Roma, ciudad hacia a la que desde el siglo III, peregrinaban los fieles desde remotas tierras, para visitar tumbas de los mártires cristianos, las catacumbas y otros lugares sagrados.

En un principio, se daba el nombre de romería a esas caravanas que al llegar a destino, festejaban con bailes, meriendas y otras manifestaciones populares. Los peregrinos eran los romeros y romeras. La tradición literaria española registra el término en su acepción original. En efecto, leemos en el Romance de la Condesita, recopilado por Menéndez Pidal:

... encima del brial se puso

un hábito de sayal,

esportilla de romera

y se fue a peregrinar.

Tirso de Molina por su parte, escribió estos versos:

Dos meses ha que llegaste,

a nuestra quinta fingiendo,

romerías al sepulcro

del apóstol patrón nuestro...

Hasta entonces, romería designaba a ese antecedente de las cruzadas. Mas tarde , pese a que los romeros provenían de toda Europa y Oriente Medio, el nombre se afinca definitivamente en España y pasa a designar las reuniones festivas que desprendiéndose de su origen, se hicieron muy populares.

Entre nosotros, las romerías eran en sus comienzos, exclusivas de la colectividad española.

Varias modalidades de estas animadas reuniones se han conocido en nuestro país. Así por ejemplo, en los pueblos de la Provincia de Buenos Aires, la romería se desarrollaba generalmente en un solar de vastas dimensiones en las afueras de la ciudad (a veces ocupaban varias hectáreas), que se denominaba Prado Español.

En nuestros pagos, los lugares destinados a las romerías eran mas pequeños y generalmente quedaban dentro del recinto urbano. Las mas antiguas que se recuerdan, eran las que organizaba la Sociedad Española de Socorros Mutuos fundada en 1882, cuyo primer presidente fue Don Elías Arambarry.

A principios de siglo, alcanzaron gran brillo las que se celebraban en la Plaza Colón frente al puerto local, cuando aún era un gran bajo poblado de casuarinas.

En esa época, las romerías tenían un marcado tinte español. Además de los tradicionales juegos, como la carrera de caballitos mecánicos, las loterías, la cabeza del negro, el sapo, las argollas, etc., los bailes españoles sobre el tablado constituían la atracción principal. La jota, el pasodoble, el garrotín, la sardana y otras danzas, representaban a las distintas regiones de España. También se hacían desfiles de niñas con atavíos típicos, entre los que se destacaban los peinetones y mantones de Manila. Numerosas carpas con puestos de venta de bebidas y comidas completaban el escenario.

Entre la colectividad local había músicos que ejecutaban los instrumentos tradicionales, como las gaitas y para estas ocasiones se armaba algún conjunto con sus vestimentas originales. A veces se traía alguna rondalla española de otra localidad, que invariablemente alcanzaba gran éxito.-

El público que participaba en los juegos, danzas regionales y desfiles, animaba en el ruedo central los bailes, que se prolongaban por varios días. Para dar una idea de la importancia que alcanzaban estas fiestas, basta con recordar que los organizadores hacían acuñar especialmente medallas recordatorias, que se entregaban a los asistentes.

El próximo domingo seguiremos con el tema de las romerías en su evolución posterior y con otras fiestas populares.

Publicado el 28/02/88

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