sábado, 27 de febrero de 2010

DE LAS ROMERIAS A LAS KERMESSES


Si bien en un principio, la romería fue una fiesta exclusiva de la colectividad española, con el paso del tiempo, los gallegos fueron cediendo esa exclusividad. Es así como algunas otras entidades, por ejemplo la Sociedad de Beneficencia, o la de la Caridad, realizaron también sus romerías.

Lamentablemente, esta cesión de derechos de autor, dio lugar a una metamorfosis progresiva. Poco a poco los números españoles van perdiendo predominio y así la romería se fue desespañolizando. Sólo subsistieron los juegos que con otra música y otra ambientación, se convirtieron en kermesses.

La kermesse como tal, existía desde la Edad Media. Nació en los Países Bajos y se celebraba anualmente en cada municipio, para conmemorar la fiesta del Santo Patrono. Cuando adquirió carácter pagano, dio lugar a tales excesos, que en el siglo XVI fueron prohibidas por el Rey Carlos V.

José II quiso restablecerlas y ello originó una revolución. Como ven, para estos pueblos las fiestas eran cosa seria.

En definitiva, ambas -romería y kermesse- evolucionaron de lo religioso a lo pagano.

EN CASA DE FAMILIA

Alrededor de 1910 comienza la transformación ya mencionada. Hasta ese momento hubo romerías en distintos lugares de la ciudad. Ya hemos recordado las de Plaza Colón y la Isla Libertad. También junto al río se realizaron estas fiestas en el Yatch Club, que funcionó en la zona de las Palmeras, entre el antiguo astillero de Lázaro Giusto y el Puente, donde existía un muelle de madera y una explanada. La atracción de estas fiestas, era la Banda del Regimiento10 de Infantería .

Lo mas llamativo, es que también se hicieron romerías en una casa de familia. Veamos: el solar que actualmente ocupa el Banco de Entre Ríos y todo el espacio que se extiende hasta calle San Martín -media manzana- era a principios de siglo, propiedad de don Saturnino Zuloaga. Sobre calle España, tenía una gran tienda y mercería cuyos artículos serían la envidia de muchos tenderos de hoy. Sobre 25 de Mayo, estaba la casa de familia de don Saturnino. La finca había pertenecido al General Urquiza, quien la utilizó muchas veces para sus recepciones. Fallecido don Saturnino, siguió viviendo en la casa su señora, doña Secundina Goldaracena, quien en mas de una oportunidad, la puso a disposición de la Sociedad de Beneficencia, para realizar allí romerías y recaudar fondos.

La casa se adaptaba admirablemente por su gran tamaño (tenía una cuadra de fondo hasta calle San Martín, donde estaban las caballerizas) y por su estilo. El zaguán de calle 25 tenía 2,70 m de ancho y su interior era íntegro de mármol de Carrara de distintas tonalidades. A la izquierda estaba el escritorio que había utilizado Urquiza, luego había un gran patio rodeado de galerías y en el fondo, un conjunto de arcadas ornamentadas. En el centro del patio y entre bellísimas plantas, se destacaba un aljibe revestido de mayólicas sevillanas (al igual que las galerías) con un remate de hierro forjado de excepcional valor artístico.

En ese espacio se realizaban las romerías; allí se bailaba y en las amplias galerías se colocaban las mesas para los concurrentes. Digamos finalmente que antes de erigirse allí el Banco (¡tan distante de la beneficencia!) funcionó en ese lugar la Librería y Peluquería de don Juan Francisco Grecco y en la esquina, la agencia "Willy" de don Hipólito Gauvry.

Y TAMBIEN JUVENTUD UNIDA

Juventud Unida, decano de los clubes deportivos de Gualeguaychú, fundado en 1907, no tuvo hasta 1928 su sede propia. Antiguamente poseía un gran terreno en lo que hoy es el Club Central Entrerriano y por única instalación, una casilla. La sede social funcionaba en San Martín e Italia (ex Humberto Primo) donde don Agustín Isturiz servía sus sabrosas milanesas.

Uno de los buenos presidentes de Juventud, fue don Antonio Galia (titular del Cine Moderno). Durante su mandato allá por 1925, se realizaban romerías en la Cancha de la Liga (ex Plaza de Frutos). El éxito de estos festivales le permitió a Juventud reunir la nada despreciable suma de ocho mil pesos, que fue la base para comprar al señor Montefinale y otros, el solar que hoy ocupa. Lástima grande que don Antonio no estuviera presente al inaugurarse el importante estadio el 25 de Mayo de 1928, con la visita de la primera división de Estudiantes de La Plata. Había fallecido unos meses antes.

El domingo próximo, ya que no nos dio el espacio, recordaremos las romerías y kermesses que realizaron aquellas heroicas damas de la Sociedad de Beneficencia y de la Caridad.

Publicado el 13/03/88

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