sábado, 27 de febrero de 2010

DIRECTIVOS , ASISTENTES , EL FINAL


LOS MEMORABLES BAILES DE "LA AURORA"

DIRECTIVOS , ASISTENTES , EL FINAL

Uno de los mas activos presidentes de La Aurora fue don Francisco Vallejo -padre de Quico- que actuó a principios de siglo. Luego durante muchos años, ocupó la presidencia don Amado Nicolini. En algunos casos toda una familia estaba ligada a esta sociedad y sus integrantes se alternaban en los puestos directivos. Así por ejemplo, los Delmagro y Angerosa, quienes aportaron además de dirigentes, buenos músicos. Otros meritorios directivos fueron: Carlos Costa, Alberto Badaracco, Francisco Hernández, Alberto Alazard, Eliseo Rodríguez, y Lito Corbetto, entre los mas jóvenes.

De las concurrentes mas asiduas, rescatamos los apellidos de algunas familias: Petraglia, Zabalet, Carceglia, Martinolich, Rivas, (¡cuando no!) Bidondo, Moussou, Arrechea, Nóbile, Flejas, Hernández, Tossi . En cuanto a los varones con mayor asistencia, se recuerda a Miguel, Fernando y Ruggero (Cuerito) Giudici, Humberto y Luis Viola, Juan Carlos y Héctor Behigo, Felipe Sufardi, Tellechea, Avigliani y otros.

Por las causas que analizamos en otra parte, los bailes de La Aurora, como todos los de su estilo en salones cerrados, empezaron a perder vigencia. Los tiempos cambian, y así como a fin del siglo anterior fueron la novedad que satisfizo las expectativas de recreación de la clase media, a mediados del presente fueron quedando fuera de época.

Los últimos, de se realizaron a fines de la década del cuarenta.

Y TAMBIEN PASEOS

Además de los bailes, en La Aurora se hacían tertulias, vermouht ( de tarde) y bazares. También organizaban paseos campestres, en la costa del Gualeyán o en el Arroyo La Capilla. Otras veces, se trasladaban a Fray Bentos, donde eran recibidos por la sociedad colega "La Armonía". Los viajes se hacían generalmente en el barco "Gobernador Laurencena" de don Pablo Bendrich, y cuando la excursión era muy numerosa, también usaban la lancha de don Lázaro Giusto. Llevaban la orquesta y realizaban bailes en el local de La Armonía, o en la Intendencia. Pero no todas eran a favor; en una oportunidad, uno de los pasajeros que regresaba en el Laurencena, falleció durante el viaje. En otra ocasión, el colectivo que volvía de Mercedes se quedó sin nafta; era de noche, y como no veían lo suficiente al echar el combustible, alguien alumbró ¡con un fósforo! Menos mal que las consecuencias sólo las sufrió el ómnibus.

Publicado el 21/05/88

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