EL PARQUE EN LOS AÑOS CUARENTA
La habilitación del puente insufló vida al extenso espacio verde, para convertirse en el gran paseo público de Gualeguaychú. El pueblo entero se volcó primero al Parque Chico, que cobró impulso no sólo por las obras municipales de urbanización, sino también por las de clubes y de lugares de recreo, a los que se les otorgaron solares en concesión. Así, en el mismo año 1931, el grupo que presidía el Dr. Mario García Reynoso funda el Club Naútico Gualeguaychú, una de cuyas primeras instalaciones, fue la casilla antes afectada al servicio de la balsa que manipulaba Don Joaquín Gorosterrazú. A principios de 1935, un conjunto de jóvenes, que hasta entonces practicaba deportes en la punta de
Para no repetir, damos por reproducido aquí, lo que dijimos al principio, sobre los festivales de Racing Club en el Parque, cuando nos referimos al nacimiento del vals A Gualeguaychú.
En 1942, durante
Otros lugares de esparcimiento se fueron diseminando por el Parque, mientras en la costa de enfrente,
Hacia los fondos del solar de Racing, funcionó transitoriamente el primer Balneario Municipal, de cuyas instalaciones se conserva el característico tanque. Viniendo por la costa, se encontraba luego el Lusera, entre los recreos El Tanque y Los Sauces
Mas al Norte, calle de por medio, estaba el recreo El Tala, de los Roldán, donde por las tardecitas las familias llevaban sus hijos a tomar leche al pie de la vaca, pues a esa hora se ordeñaba. Lástima que los chicos puebleros de hoy, no puedan vivir esa maravillosa experiencia.
Numerosos juegos instalados por
La red de parlantes instalada por Don Enrique Betolaza, uno de los comerciantes mas progresistas que conoció Gualeguaychú, propalaba música y avisos por toda la extensión del predio.-
Por $0,20 podía alquilarse una charrette para dar un paseo por todo el parque; también había mateos y ponies a disposición. Los fines de semana se podía disfrutar de una diversión extra a la noche: cine al aire libre en el Chateau; las películas eran proyectadas por otro personaje característico de aquellos años locos: Carlos Aurelio (el Pato) Cepeda.
Como lo ha recordado el sapiente Enrique Piaggio, en esa época, el público de Gualeguaychú descubrió las bondades del río, ya que hasta entonces era poco utilizado como lugar de recreación. Contribuyó mucho a ello el Lobo Pérez, a quien todavía se recuerda como el hombre que enseñó a nadar a los gualeguaychuenses.-
Es sin duda el pionero de ese deporte en nuestro medio e impartía sus clases en la punta norte de
En lo que interesa a nuestro tema, queda claro que en la década del cuarenta, era intensa la vida nocturna del Parque: desde las recordadas kermesses de Racing, hasta los bailes del Tanque o Los Sauces, las actuaciones de distintos cuartetos en El Tala y los realizados en la flamante pista del Neptunia. Esta verdadera seguidilla de tertulias, daba al Parque Unzué un ritmo, que hasta hoy no se ha recuperado.
Pero es indudable que los bailes mas recordados son los del Recreo Lusera, de los que nos ocuparemos a partir del domingo venidero.
Publicado el 31/07/88
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