sábado, 27 de febrero de 2010

LOS PERSONAJES POPULARES (3ª parte)


LA NEGRA MATEA

La de las siete carteras, la de las siete polleras. Así la llamaban los chicos a Matea Cardozo. Era uno de los personajes mas populares de Gualeguaychú hace unos cincuenta años. Y esos chicos que ahora pasan los sesenta, la recuerdan con nostalgia describiéndola como si la estuvieran viendo.-

Alta, delgada y por sobre todo elegante, Matea no era negra sino mulata; pero queriendo disimularlo, se empolvaba la cara para emblanquecerse. Con sus polleras largas (que ya habían dejado de usarse), la Negra Matea parecía una estampa del pasado que se negaba a desaparecer. Usaba dos o tres faldas encimadas de modo tal, que le llegaban hasta los tobillos. Predominaban en su vestimenta los colores oscuros. ¿Sería para que, por contraste, su piel pareciera mas blanca? Y no sólo se encimaba las polleras; también se caracterizaba por llevar varias carteras. La creencia popular le atribuía una para cada valor de monedas: las de un centavo, en una cartera; las de dos centavos, en otra y así sucesivamente. Completaba su estrafalario atuendo con collares, pulseras y otros coloridos colgajes de fantasía. Era frecuente verla con grandes sombreros o capelinas.

Con toda esa bijouterie, adquiría un aire de prestancia propio de su imaginario mundo de grandeza y distinción. Caminaba por las calles con un paso acompasado y levemente inclinado hacia uno u otro lado, lo que realzaba el donaire de su andar.

¿De dónde venía Matea? ¿Que había sido de su pasado? Nadie lo recuerda. Su origen y vida anterior se pierden en un velo de misterio, que acrecienta nuestro interés por el singular personaje.

Vivía sola en calle Fray Mocho al Norte, era una mujer correcta, pero en su mundo de fantasía tenía muchos hijos a quienes a veces, en plena calle, llamaba para comer nombrándolos a todos. No era una pedigüeña vulgar. Todos la querían y tenía familias amigas que le regalaban prendas o monedas. En los últimos años peinaba canas, pero no había perdido un ápice de su elegancia y la cadencia de su paso.

Y así las calles de Gualeguaychú, vieron pasar a Matea, desde los años veinte hasta bien entrada la década del cuarenta. Y un día desapareció, pero quedó en nuestro pueblo el recuerdo de la elegancia que afectaba, a pesar de su pobreza.

NICANORA PINTURA

Otra figura muy popular de principios de siglo, aunque de costumbres muy distintas a Matea, fue Nicanora Pintura.

Para imaginarla mejor, decíamos que Nicanora era una especie de versión femenina de Manyún.

En efecto, tenía el vicio de la bebida y cuando tomaba se volvía ocurrente; sus salidas y dichos la popularizaron como personaje callejero.

Vivía en míseras condiciones bajo una tapera. El mote aparentemente proviene de los colores de su cara, no porque se pintara como Matea, sino que se sonrojaba por efecto del alcohol. Tomaba lo que encontraba, pero su bebida preferida era la caña. A veces llegó a sufrir caídas en la calle y en ocasiones terminaba con alguna fractura. En el hospital era figurita conocida, ya que frecuentemente debían internarla.-

En una oportunidad, las enfermeras se alarmaron porque no podían hacerla reaccionar. Consultado el Director Dr. Eduardo Goñi , fue a examinarla y después le dijo discretamente a una enfermera:

-"...lo que hay que darle a esta, es un trago de caña."

Como un resorte saltó Nicanora de su cama diciéndole al Director:

-¡Ah!... ¡Adivinaste... ahijuna!...

El domingo próximo seguiremos con interesantes personajes. Son muchos. Hay para rato.

Publicado el 27-12-87

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