sábado, 27 de febrero de 2010

EDIFICIOS Y SALONES


Hablábamos de los suntuosos edificios que las sociedades mutuales habían levantado en nuestra ciudad a fines del siglo 19. La mayor parte de ellos han quedado en pie, para testimoniar la pujanza de aquellas entidades, basadas en la iniciativa privada.

Eran las construcciones más importantes de una ciudad todavía chata, ya que era excepcional levantar mas de una planta. Por otra parte, tengamos en cuenta que los edificios públicos actuales (con excepción de la Policía -ex Comandancia- y la planta baja de la Aduana) recién se construyeron en la primera década, como el Palacio Municipal, el de Tribunales, el antiguo Banco de la Nación (actual Neptunia). Otros edificios importantes de entidades privadas, como el del Club Recreo y el Banco de Italia, también son esa época de vacas gordas.

Por eso no resulta exagerado decir que el magnífico palacio edificado en 1896 por la sociedad Entre Argentinos y Orientales -Luis N. Palma entre Stgo. Díaz y Seguí- era en aquel momento el mas importante de la ciudad.

Para darse una idea, basta compararlo con el edificio donde funcionaba por entonces la Municipalidad -Urquiza y España (SE, aún se conserva).-

La observación de la foto (almanaque de El Censor de 1903) permite apreciar dos detalles: la majestuosidad del palacio con sus dos torres, que contrasta con las edificaciones vecinas casi insignificantes y la presencia de los faroles a gas, porque la electricidad aparece en nuestro medio recién en 1907.

Esta verdadera mole, hoy en ruinas, fue construida durante la prolongada presidencia de Don Máximo Chichizola (1896-1903), cuyo esfuerzo permitió llevar adelante la grandiosa obra, que no es la única que le debe Gualeguaychú. Don Máximo fue uno de los vecinos mas progresistas de su época y entre otras funciones, desempeñó la de Intendente Municipal, desde 1889 a 1891. En sus proyectos figuraba uno muy ambicioso que no se concretó: la construcción del Teatro Politeama, con capacidad para 1.500 personas, que se iba a emplazar en los fondos de la Sociedad Entre Argentinos y Orientales.

En los altos del palacio, había un amplio y deslumbrante salón cerrado con salida a las galerías, donde se realizaban los bailes de La Aurora.

La Unión Française tenía su edificio social en la misma calle, entre San José y Rosario, y allí hacía sus bailes la sociedad La Lira. Volveremos en seguida sobre el origen de estas entidades, pero antes incursionaremos en el terreno de lo anecdótico.

En Pellegrini y San Martín se levantaba otro hermoso salón que -salvo las verjas exteriores que se eliminaron- se conserva casi igual: es el de la sociedad Unione e Benevolenza, que agrupaba a los inmigrantes italianos. Como algunos todavía tenían dificultad con el idioma, para evitar problemas, las convocatorias a asamblea se hacían por medio de El Noticiero en italiano, como para asegurarse la concurrencia y evitar colados.

Por lo demás, digamos que lo de "Benevolenza" se justifica, pero lo de "Unione" no tanto, ya que diez años después de su creación, otros integrantes de la colectividad fundan separadamente la Operari Italiana en una asamblea realizada en... ¡la Unión Française! Algo semejante ocurrió con La Fraternidad, desprendimiento de la Sociedad Española de Socorros Mutuos, lo que nos da la idea de que las relaciones no eran tan fraternas, ni tan mutuos los socorros.

Operari Italiana tenía a su vez un hermoso edificio en Montevideo 132 cuyo frente casi no ha sufrido cambios. Como otras, esta sociedad poseía su propio panteón y un seguro de ayuda fúnebre. Todo un presagio, a juzgar por el destino actual del edificio.-

LAS SOCIEDADES RECREATIVAS

En Gualeguaychú, a partir de la segunda mitad de la década de 1870, los cambios se fueron dando en forma paralela: gran desarrollo de la ganadería y agricultura, el comercio, la industria, talleres artesanales, transportes; desarrollo de la actividad bancaria y del puerto; todo lo cual hubo de volcarse en nuestro mejoramiento edilicio.

Pero la evolución económica no solo debía repercutir en el aspecto exterior de la ciudad, sino que también estaba llamada a determinar sustanciales cambios en nuestras costumbres y comportamientos sociales.

Es esa época, la que vio nacer a las entidades de beneficencia, las de ayuda mutua y las sociedades educacionistas, al igual que en otras ciudades de la Provincia.

Sin embargo, tales cambios fueron graduales y aun faltaban surgir otras entidades. Porque aún no habían adquirido suficiente expansión, dos manifestaciones que hacen al esparcimiento de la gente: los bailes por un lado, y las actividades deportivas, por otro. Los primeros se inician con la fundación de las sociedades recreativas, en la década siguiente. Para las segundas, hubo que esperar una treintena de años, hasta que por fin en la época del centenario, aparecen los primeros clubes deportivos, como consecuencia del furor del fútbol. Aclaremos que debían transcurrir tres decenios mas, para que estos clubes sumaran al quehacer deportivo, la organización de bailes. Entonces comenzaron a competir con las sociedades benéficas, hasta que involuntariamente, las desplazaron en esta actividad social.

Se cumpliría este año, el centenario de la fundación de la Sociedad Recreativa "La Aurora"; que fue la mas importante en nuestro medio, aunque no la única: el 30 de Julio de 1892 nace la Sociedad Recreativa "La Lira". La primera hacía sus bailes en el edificio de Entre Argentinos y Orientales y la segunda, en la Unión Française. Cada sociedad tenía un compromiso con alguna colectividad, para realizar los bailes en sus salones. A punto tal, que muchos todavía identifican a la vetusta construcción de la calle Palma, como "el edificio de La Aurora".

A principios de siglo, nacen otras sociedades recreativas: La Argentina, en 1901, presidida por don Pedro Bonzón; luego Juventud Unida (el nombre es mera coincidencia con el club fundado en 1907) y como un desprendimiento de esta, nace después Defensores de Juventud. Las sociedades recreativas, vinieron a llenar un vacío en nuestro medio:

Hasta entonces, se realizaban reuniones bailables en los barrios o en casa de familias del centro, que congregaban a la alta sociedad, pero la clase media no tenía lugar donde bailar. La necesidad de reunirse en un clima adecuado y familiar, determinó el nacimiento de estas instituciones, de las que trataremos a partir del domingo, comenzando por La Aurora.

¡Por fin podrán bailar los mas impacientes!, y ¿saben porqué los estaba entreteniendo con estos salpicones históricos y enfoques sociológicos? Era para hacer tiempo y respetar la costumbre de la época que tratamos: Por entonces, ¡no se bailaba en Cuaresma!

Publicado el 10/04/88

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